MI MAÑANA DE VIERNES SANTO (POR MARÍA ISABEL BARRERA BRIONES - 14 AÑOS)


Todo comienza, cuando mis padres por la mañana me levantan con un beso alegrados de que ya es Viernes Santo. Al despertarme, un poco cansada, ya que nos quedmos hasta tarde viendo “La Madrugá”, me lavo la cara, desayuno algo y me arreglo. Después, me pongo la túnica, para otro año mas ir junto a Rocio con el incensario. Cuando mis padres y mis hermanos están preaprados, salimos todos a la puerta y nos echamos una foto familiar, seguidamente, vamos a la casa de mis abuelos para que nos vean.

Como es tradición, antes de la procesión, vamos a la casa de la hermana Mayor, Maria Lourdes, para encontranos con todos nuestros amigos y hermanos de la cofradia. Una vez que estamos alli me dispogo a entrar para, ver como Encarni y Mari Lourdes preparan a las mantillas y poder firmar en el libro donde todos los años agradecemos poder seguir saliendo con Jesús Nazareno.

Cuando viene la banda, ya se que está aquí, ya vamos a salir para subir al Calvario. Una vez allí, las jefas de tramo, preparan a toda la gente que va vestida para seguir un orden adecuado y mientras Rocio y yo encendemos el incienso, se ponen todos los santeros en orden.

Cuando esta todo listo, ¡Sale Jesús Nazareno por las calles de su pueblo!¡Qué alegria verlo de nuevo!. Una de las cosas que mas me gustan de la procesión, es la forma que tiene de andar el Nazareno, ya que se mueve para los lados como si estuviese caminando sobre un monte de claveles rojos que con tanto cariño pusimos en la tarcional pinchá el Jueves Santo por la tarde. Sin duda, uno de mis momento favoritos es cuando estamos dentro de la Iglesia y mi padre, Bernardo Barrera, le canta una saeta con la que los senimientos afloran y la emoción se hace presente.

Ya se acerca “El Encuentro”, otro de los momentos más bonitos de la mañana de Viernes Santo, donde se realiza el encuentro de la Virgen de los Dolores y San Juan con Jesús Nazareno, mientras cantan saetas tan bonitas, dedicadas a cada uno.

Al finalizarlo, subimos para el Calvario y es esta la parte que menos me gusta porque ya se acaba la mañana de Viernes Santo, y tendremos que esperar otro año para ver al Nazareno por las calles. Cuando vamos subiendo la calzada, me emociono al ver a mi Nazareno subiendo mientras es seguido por si Madre y San Juan.

Una vez está dentro, nos fundimos en un abrazo y cojo un clavel de el trono de recuerdo para que nos proteja a mi familia y a mí.

María Isabel Barrera Briones - 14 Años.





 





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