Hoy, 26 de Julio, celebramos la onomástica de San Joaquín y Santa Ana.
Ambos santos, considerados patronos de los abuelos, fueron personas de profunda fe y confianza en Dios.
¿Pero por qué son considerados patronos de los abuelos?
Pues porque según un antigua tradición del siglo II, estos eran los nombres de los padres de la Virgen María, abuelos maternos por tanto, de Jesucristo, y encargados de educar en el camino de la fe a su hija María, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión.
Todo lo que se conoce sobre la vida e incluso el nombre de Santa Ana (conocida en hebreo y árabe como Hannah) está basado en los Evangelios apócrifos, no admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos. Según estos, santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran Matán y Emerenciana. Descendía del rey David y de Leví.
El protoevangelio de Santiago cuenta que los vecinos de Joaquín se burlaban de él porque no tenía hijos; entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar, en tanto que Ana se quejaba amargamente por su desdicha.
Un ángel se le apareció y le dijo: "Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo". Y a su debido tiempo nació María, quien sería la Madre de Dios.
El culto a San Joaquín es más reciente. Pero el culto a Santa Ana es muy antiguo. En Jerusalén está la iglesia de Santa Ana, cerca del templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos, fue en este lugar donde nació la Virgen María.
Celebremos hoy esta onomástica con todos aquellos que llevan consigo los nombres de Joaquín y de Ana, y además, con todos los abuelos, que tanto amor y cariño infunden en nuestras familias.
¡FELIZ DÍA DE SAN JOAQUÍN Y DE SANTA ANA!
¡FELIZ DÍA DE LOS ABUELOS!
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