¿POR QUÉ NO SE COME CARNE EN SEMANA SANTA? PLATOS TÍPICOS TRADICIONALES.


A pesar del más que probable origen pagano del Carnaval, es curioso saber que guarda relación con la Semana Santa, ya que el Miércoles de Ceniza dan comienzo los 40 días de Cuaresma.

Y es que, aunque es popularmente conocida como una fiesta donde proliferan los disfraces, el Carnaval alude a un preludio de la Cuaresma, ya que su origen etimológico viene del latín «carnevale», que puede traducirse como “despídase de la carne”.


Pero… ¿Por qué se ayuna en Semana Santa? ¿De dónde viene la tradición de no comer carne?


La carne, además de considerarse en aquellos tiempos como una comida de lujo por su asociación a fiestas y banquetes, simboliza el cuerpo de Cristo. Es por este motivo por el que, en señal de penitencia, los cristianos suprimimos este alimento de nuestra dieta durante los días que dura la Cuaresma. Esta abstinencia debe prevalecer el Miércoles de Ceniza, Viernes Santo y todos los viernes de Cuaresma.


Los 40 días de preparación antes de la fiesta de Pascua constituyen un tiempo de arrepentimiento con el fin de mejorar y así vivir más cerca de Cristo, además, en ese periodo se recuerdan los 40 días que Jesús vivió en el desierto.


De la misma manera, el ayuno también se establece como un acto de penitencia durante la Cuaresma, consistiendo en realizar una única comida fuerte al día, en unos días muy concretos que establece la Iglesia.


Lo curioso es que, al no estar recogido expresamente en la Biblia, realmente debería ser una opción libre por parte del creyente y no una obligación. Sin embargo, en el Código de Derecho Canónico de 1983 se dice que “todos los viernes del año y el período de Cuaresma son días de penitencia en toda la Iglesia”


Es cierto que en los últimos tiempos se ha perdido parte de su significado, pero sin embargo, en muchas regiones ha pasado a convertirse en una costumbre gastronómica propia y arraigada, cambiando los menús por otros igualmente suculentos aunque no lleven carne roja.


¿Quieres conocer los platos más típicos de la Semana Santa? Aquí te mostramos una pequeña muestra!!


El potaje de vigilia:

Es uno de los platos que más se cocinan durante estos días. Puede prepararse de diferentes maneras, pero es un plato que viene haciéndose desde la Edad Media y que tiene como ingrediente principal el bacalao en salazón.

El potaje se acostumbra elaborarlo con garbanzos o habichuelas blancas, todo ello cocido con unos manojos de espinacas y cebolla, ajos, aceite y pimentón. En algunas zonas de Andalucía también se le añade huevo duro.




Buñuelos de Bacalao:

Se trata de un plato de fácil elaboración, a la par que económico, de modo que solo se necesita bacalao desmigado, perejil, harina para rebozar, agua y una sartén con abundante aceite.

 



Bacalao con tomate:

Es otro de los platos típicos de Semana Santa que también incorpora el bacalao como ingrediente principal. Solo se necesita cocer el bacalao en aceite de oliva, pasarlo por harina y freírlo, para luego añadirle la salsa de tomate.

 



Tortillitas de Camarones:

Aunque lógicamente puede comerse en cualquier época el año, sin lugar a dudas es uno de los aperitivos más típicos en Semana Santa, conquistando a todos por su inconfundible sabor a mar.

Las tortillitas de camarones son de fácil elaboración, a partir de 200 gramos de camarones, 100 gr de harina de garbanzo y 100 gramos de harina normal, media cebolla, un vaso de agua, sal, perejil y aceite.

Esta receta también puede hacerse con migas de bacalao en lugar de camarones.




Papas viudas a la Riojana:

Se les llama “viudas” porque son guisadas sin carne. Su elaboración es igual a la de las papas a la Riojana, solo que se descarta el chorizo. Es un guiso que cada vez se prepara más en Semana Santa, por su fácil elaboración, ingredientes económicos, exquisito sabor, y marcada capacidad de saciar al hambre.




Porrusalda:

Es un plato típico del País Vasco cuyo nombre significa “caldo de puerro”.

En zonas como en Vizcaya se incluyen en la receta trocitos de bacalao desalado y desmigado. Es una receta fácil y económica que en antaño se preparaba en los pueblos costeros con las sobras de pescado. Para hacer la versión más sencilla necesitamos bacalao, puerros, patatas, ajo y aceite de oliva. Primero debemos tener desalado el bacalao. En una olla aparte calentamos el aceite de oliva y freímos los ajos y los puerros hasta que estén dorados. Mientras ponemos a hervir las patatas y cuando estén listas agregamos todos los ingredientes en la olla y añadimos agua al gusto.




Sopas de ajo:
Por su origen, es también denominada ‘sopa castellana’, y se comía sobre todo en épocas de escasez por sus altos nutrientes. Hay numerosas variantes de este plato y muchas de ellas llevan carne; pero como estamos pensando en platos típicos de la Semana Santa, os dejaremos la receta original, que es muy sencilla de hacer. Simplemente se necesita un cuenco de barro – fuente u olla – que será en dónde mejor se cocinen. Los ingredientes necesarios son: pan (normalmente se utiliza el pan de días anteriores, pues este ya no se puede comer), ajos, agua, aceite, pimentón, huevos y sal. En la cazuela de barro, con un poco de aceite, se rehogan los dientes de ajo enteros y se añade el pan en rebanadas, pimentón, agua y sal y se deja cocinar aproximadamente 10 minutos. Pasado ese tiempo, se añaden un par de huevos que irán haciendo encima de la sopa. Cuando la yema esté blanca es que ya están listas. La cantidad de ajo o pimentón es a gusto del consumidor. Unas sopas más fuertes llevarán más ajo y unas más ligeras, menos. Igualmente pasa con el pimentón, que se puede elegir picante o dulce, como más guste.

Estas sopas son muy típicas en las procesiones de Castilla y León. En las denominadas ‘madrugadas’ (procesiones de madrugada de Viernes Santo) de ciudades como Palencia o Zamora se termina la noche comiendo las típicas sopas de ajo. Al ser un plato que no se consume en muchas ocasiones, se ha puesto de moda también para otras ocasiones, como la madrugada del Año Nuevo, como reconstituyente después de toda una noche de fiesta.



Bacalao al pil pil:
Su elaboración es sencilla. Se realiza con trozos de bacalao, dientes de ajo, guindilla (o cayena) y aceite de oliva virgen extra. Se rehogan los ajos en una sartén y se apartan, se hace lo mismo con la guindilla troceada en cuatro partes. En el mismo aceite, se cocina el bacalao previamente desalado, cuatro minutos por cada lado, comenzando por la zona en la que tenga piel. Después de haberlo rehogado, el bacalao habrá soltado una gelatina que flotará sobre el aceite. Se separa la gelatina del aceite y se reserva. Es el momento de elaborar la salsa: se vierte la gelatina poco a poco con un colador en una cazuela grande y se remueve; después se añade un poco de aceite y se echa el resto de la gelatina de bacalao, esperando a que se haga una salsa espesa. Cuando esté lista se añaden los trozos de bacalao y se calientan bien. Este plato proviene de la cocina vasca y se suele cocinar también en cazuela de barro, como tradicionalmente se hacía.

Pero, ¿sabéis por qué se le dice al ‘pil pil’? Según una teoría porque es el ruido que hacen las burbujas del pescado al cocinarlo aunque otra de las teorías asegura que se debe a la guindilla – ingrediente más típico para elaborarlo – cuyo nombre en swahili es ‘piri-piri’. En cualquier caso es un plato espectacular para estos días. 



Sancocho:
La receta canaria por excelencia para Semana Santa es, sin duda, el sancocho. El Viernes Santo es el día en que tradicionalmente en los hogares se cocina este plato que se debe comer en familia y del que no se tiene claro su origen. El ingrediente principal del sancocho es el cherne salado, un tipo de pescado similar al mero y que es propio de las aguas canarias. Existen variaciones de la receta dependiendo de la zona pero lo habitual es que lleve papas, batatas y sal, pella de gofio, azúcar, vinagre, mojo y aceite para condimentar. Lo primero que debemos hacer es poner el cherne a desalar en agua, como mínimo, 12 horas antes. Si te gusta la comida poco salada, hazlo hasta dos días antes. Llegado el momento de la preparación debes poner al fuego el cherne con las papas y las batatas cortadas en trozos y sin sal. Cuando las papas estén hechas se retira todo del fuego y se deja reposar 10 minutos, tras los que se escurre el agua. Tras añadirle aceite y vinagre al cherne al gusto, se sirve con las papas y las batatas y acompañado de pella de gofio y/o de mojo verde. La pella de gofio es también un plato propio de Canarias consistente en un amasado que tiene al gofio, similar a la harina, como principal ingrediente.



¿Conocéis otras recetas de Semana Santa además de éstas? Estamos dispuestos a escucharos y a tomar nota para el año que viene!!!

Eso sí… por si os quedáis con hambre, estamos preparando otro post independiente para hacer mención a los dulces típicos de Semana Santa…que no son pocos!!

Torrijas, Buñuelos, Pestiños, Flores de Leche, Leche Frita… ¿no se os abre el apetito?

Nos vemos en nuestra siguiente publicación!!

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