LOS DULCES TÍPICOS DE NUESTRA SEMANA SANTA


¡Ya teníamos ganas de volver a compartir post con vosotros!

Y como ya os adelantamos, queremos mencionar algunos de los postres típicos en Semana Santa, esos que nos hacen recordar la sonrisa de nuestras abuelas en la cocina, preparando un sinfín de dulces para estos días y llenando sus ollas y cacerolas con estos productos.

Pero, ¿sabéis por qué suelen hacerse precisamente en Semana Santa?

Como os dijimos en nuestro anterior post, la Semana Santa es sinónimo de ayuno, principalmente de carne. Todos estos postres son ricos en azúcar y, generalmente, tienen leche y huevo como principales ingredientes. Por lo tanto, tienen las calorías suficientes para equilibrar la ausencia de proteínas cárnicas y superar sin dificultades jornadas de duro trabajo en el campo, que en ocasiones podían llegar a 12 horas diarias.

Nuestro post de las comidas típicas de Semana Santa tuvo mucho éxito, e incluso se creó un cierto debate sobre cuáles eran los más sabrosos y en qué regiones y lugares se podían degustar mejor.

Con el mismo ánimo, os dejamos hoy estos postres que tienen mucho éxito y tradición tanto en Encinas Reales como en otros municipios de la Subbética cordobesa.

¿Cuántos de ellos conocéis? ¡Vamos a descubrirlo!


Pestiños con miel o azúcar:

 

Es un dulce típico del sur de España, desde Andalucía hasta Murcia o Extremadura, que se suele consumir tanto en Navidad como en Semana Santa.

Se elabora con masa de harina, frita en aceite de oliva y pasada por miel. También se puede sustituir la miel por azúcar. A la masa se acostumbra darle sabor con cáscara de limón o de naranja, canela, vino y ajonjolí.

La forma de lazo o pajarita, se logra tomando una pieza de masa ovalada y doblando hacia el centro los laterales, pero su tamaño y forma varían de acuerdo al lugar donde se elaboren.

Son reconocidos los hechos en Medina Sidonia, Cádiz, Chiclana de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda… y por supuesto en la Subbética cordobesa, donde aunque se pueden comprar de manera industrial en los supermercados, todavía se siguen elaborando con la receta tradicional en cada casa.

Curiosamente, el pestiño está emparentado con la shebbakiyya marroquí que se consume en el ramadán dado su alto valor energético, lo que nos sugiere un posible origen común que podría remontarse a la Pascua judía.

Pestiños

Pastelitos de Gloria:

 

Se trata de un dulce muy típico de nuestra zona, y que consiste en la elaboración de unos “bocaditos” de galleta que van rellenos de flan o de cabello de ángel.

 

Para hacer esta receta es indispensable disponer de espacio, ya que debemos colocar sobre una mesa (o superficie amplia) las galletas que conformarán una de las caras de los pastelitos.

Posteriormente elaboraremos el flan o el cabello de ángel, y con una cuchara, lo iremos extendiendo sobre cada una de las galletas. La consistencia del flan debe ser la suficiente para quedar pegado a la galleta, de tal forma que se pueda extender bien sobre ella pero que no se vierta al exterior.

 

Pondremos otra galleta sobre el flan para hacer el pastelito, y lo sumergiremos en un bol que contenga huevo batido, lo freiremos y posteriormente lo bañaremos en una mezcla de azúcar y canela.

 

Es uno de nuestros dulces más típicos y característicos.

 

Pastelitos de Gloria


Flores de leche:

 

También denominadas flores de sartén, flores fritas, flor de lis, florón u hojuela, toman su nombre, como podéis ver, de la forma que tienen.

 

Se trata de un dulce muy antiguo y cargado de tradición familiar, puesto que junto con la receta, sus típicos moldes también pasaban de generación en generación.


Molde Flores de Leche

Hay que reconocer que esta receta no es de las fáciles, sobre todo si queremos que la forma salga perfecta.


Aunque tiene gran tradición en Andalucía, el origen de este dulce lo situamos geográficamente en la provincia de Ciudad Real, en concreto del municipio de Calzada de Calatrava. De hecho, la forma de la flor es una cruz semejante a la de la Orden  de Calatrava (una cruz con cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos).

Esta Orden fue fundada en el Reino de Castilla en el siglo XII en su mayor parte por monjes, y estaba estructurada militarmente.
Las órdenes militares fueron las encargadas de mantener los terrenos conquistados al Islam, por eso tenían carácter militar a pesar de ser órdenes religiosas. De hecho a sus monjes se les llamaba caballeros. Hoy por hoy, la orden es, más bien, una institución de carácter honorífico. El gran maestre de todas las órdenes militares es a título honorífico el Obispo de Ciudad Real.
 
A este origen manchego le siguió un rápido éxito en zonas como Extremadura y Galicia, aunque en esta última región se suele preparar más que en Semana Santa, durante su típico y conocido “Entroido” (Carnaval).
Se prepara con huevo, harina, leche, cáscara de limón rallada, aceite de girasol, azúcar, canela y anís.
Una vez preparada la masa, se pone a calentar el aceite de girasol y se introduce el molde, para que coja temperatura y la masa no se pegue.
Cuando el molde esté muy caliente y el aceite en su punto, se saca el molde y se introduce en la masa.
El truco está en no cubrir la parte superior del molde, e introducirlo rápidamente en la sartén caliente sin que toque el fondo.
La flor debe soltarse después de unos segundos.
Después se dora bien la flor por ambos lados y se retira del fuego. Se coloca en papel absorbente para escurrirla antes de rebozarla en una mezcla de canela y azúcar.
 
Como curiosidad (ya sabéis que nos encanta daros estos datos), las flores de leche también tienen mucho éxito en países como Colombia, donde se denominan “solteritas” y se sirven con crema pastelera.

 

Flores de Leche


Empanadillas de cabello de ángel:


Se trata de un dulce de sartén tradicional de la Semana Santa  de nuestra región, también presente en otras zonas andaluzas como Jaén, por ejemplo.


De tamaño pequeño (se comen literalmente de dos bocados), éstas empanadillas de elaboran con una masa de harina, vino blanco, aceite de oliva virgen extra y anís, un poco de canela y matalauva. Se rellenan con  cabello de ángel y después se fríen para terminar rebozándolas en azúcar.


Pueden aguantar varios días en un perfecto estado para su degustación.
 

Empanadillas de cabello de ángel


Rosquitos fritos de Semana Santa:

Los rosquitos fritos constituyen un postre típico de muchas zonas de España, pero toman protagonismo especial en Andalucía en tiempo de Cuaresma.

 

Como los pestiños y otros muchos platos y postres de la cocina andaluza, también tienen origen en la gastronomía árabe.

 

Para su preparación se requiere aceite, harina, levadura, huevos, leche y azúcar. Es una receta fácil y económica que además tiene muchas variaciones, pues cada familia tiene su propia forma de prepararlos.


Esta receta se conserva perfectamente durante algunos días, pues aunque los roscos se endurezcan ligeramente están igual de deliciosos.

 

 

Rosquitos fritos


Leche Frita:

 

Esta receta es también muy popular en las mesas de nuestra región en Semana Santa, y aunque su origen geográfico es reivindicado por varias regiones españolas, se suele considerar que surgió en Palencia.

 

La receta de la leche frita es relativamente sencilla, por su proceso de elaboración y por la utilización de pocos ingredientes: leche, maicena, canela, vainilla, huevos y azúcar.

 

Aparentemente, el proceso de elaboración es parecido al de la masa de croquetas. Se mezclan los ingredientes y se pone la cacerola al fuego durante un tiempo estimado de 15 minutos.

 

A continuación, se vierte en una bandeja previamente mojada con agua para que no se pegue la crema. Una vez fría, se corta en cuadraditos, se reboza en harina y huevo batido y se fríe a temperatura media. Cuando están dorados se colocan en una bandeja y se espolvorea con azúcar y canela.

 

Leche Frita


Torrijas:

 

Otro de los clásicos que no pueden faltar en la repostería de la Semana Santa.

Rebozadas en canela, miel o azúcar, las torrijas son uno de los postres más famosos, sencillos y sabrosos de los que se elaboran en nuestra comarca.

 

La base principal de este dulce es el pan duro (de varios días) cortado en rodajas,  que posteriormente se sumergen en leche caliente, a la que se le ha añadido azúcar y canela. Después se rebozan en huevo batido y se vierten en aceite sobre una sartén muy caliente, hasta que se dora el pan por ambos lados.

Según gustos y recetas, se aromatiza con ingredientes como canela o algún licor, y se endulza con miel o azúcar.

 

Se cree que nacieron a finales del siglo XV en los conventos de Andalucía para aprovechar el pan que sobraba. Su gusto y fácil preparación hicieron que se extendiera rápidamente.

 

Esta receta tiene un pequeño truco inexplicable, que consiste en añadir un clavo metálico para detener la producción de espuma debido a la fritura del huevo y de la leche.

Como curiosidad, os contamos que actualmente se elaboran variedades vegetarianas que sustituyen la leche de vaca por leche de soja, y los huevos por harinas de garbanzo, u otras leguminosas.

 

Torrijas


Sopaipas:

 

El origen de la sopaipa viene de la cultura árabe-andaluza, aunque hay quien le da origen mozárabe en la palabra “xopipa” y la traduce como “masa frita”.

Son dulces fritos y sencillos, con pocos ingredientes, de bajo coste y realmente saciantes.

 

Se elaboran con harina, agua, sal, levadura, aceite y cáscara de limón.

Una vez acabadas, se pueden pasar por azúcar y canela o añadirles miel por encima.

Sopaipas


Otros dulces típicos de la Semana Santa en la provincia de Córdoba:

No queremos dejar de mencionar alguno de los dulces típicos de Semana Santa en nuestra región, aunque no se elaboren en Encinas Reales tan habitualmente como los anteriores.

 

Por ejemplo, en Cabra suelen preparar sus tradicionales gajorros.

La curiosidad viene en su elaboración, que se sirve de una caña para enrollarlos y darle forma antes de freírlos.

Estas cañas se extraen de los típicos cañaverales a las orillas de los ríos o arroyos, y se conservan de un año para otro, convirtiéndose en otro artilugio más de los empleados en la repostería egabrense tradicional. 

 

 

Gajorros


En Doña Mencía, por ejemplo, se elabora el cuajao. Este postre está elaborado con almendra, huevo y harina sobre un molde de corteza de pan.

 

 

Cuajaos

Y en Priego de Córdoba, por ejemplo, se elabora el hornazo, postre que se elabora alrededor de un huevo cocido y al que se le da diferentes formas (gallina, erizo, lazo, etc.). Este dulce tiene gran importancia en el Viernes Santo al estar especialmente vinculado a la procesión de Jesús Nazareno.

Su elaboración a base de harina, agua y sal, sin levadura, es muy sencilla y tradicionalmente corre a cargo de abuelos y padres, que los elaboran como ofrendas para el Jesús Nazareno. 

Durante la procesión del Viernes Santo de la Semana Santa de Priego de Córdoba, mayores y niños elevan sus hornazos para la bendición que tiene lugar en la Ermita del Calvario, siendo costumbre obsequiar con uno a aquéllos que vienen de fuera.

Por cierto, el huevo duro que lleva en el centro es símbolo de renovación y de la fe en Cristo y su Resurrección.  

 

Hornazos


Y en otros municipios de la subbética cordobesa nos encontramos con los palillos de leche, dulce que se elabora con harina, leche, azúcar, canela, limón y ajonjolí, para posteriormente freírlos en aceite de oliva virgen extra. 

Palitos de leche

Los ochíos de Puente Genil, las bizcotelas de Cabra, los pestiños de pellizco o las gachas de cuscurros de Lucena, los buñuelos de Villaviciosa de Córdoba, los panetillos de cortijo de Baena, los suspiros de Fernán Núñez  o los canutillos de crema y las merengas de café  de Aguilar de la Frontera … 

Sin duda, toda una tradición repostera que en nuestra región pasa de abuelos a padres y de padres a hijos, y de la que nos sentimos especialmente orgullosos.

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