Este 2018, año del 250
aniversario de la Cofradía como bien sabéis, fue el elegido para culminar los
trabajos de reconstrucción y transformación de nuestro paso procesional.
Por este motivo, en la pasada Estación de Penitencia del Viernes Santo,
estrenamos una nueva figura para acompañar a Nuestro Padre Jesús Nazareno por
las calles de Encinas Reales.
Se
trata de un ángel que, al igual que el resto de trabajos de modelado, estucado,
embolado y dorado en las tallas de las andas de la Cofradía, fue realizado
por D. JOSÉ ANTONIO GAVILÁN LEÓN y D. JESÚS ZURITA VILLA.
D. JOSÉ ANTONIO GAVILÁN LEÓN, nacido en El Carpio (Córdoba) hace 46 años,
comienza relativamente tarde sus estudios como técnico de Artes
Plásticas y Diseño en la Especialidad de Talla Artística en Madera, y de Artes
Aplicadas de la Escultura en la Escuela de Artes y Oficios “Dionisio Ortiz” de
Córdoba, compaginándolos con los de Carpintería en el Consorcio Escuela de la
Madera de Encinas Reales (CEMER).
D. JESÚS ZURITA VILLA, carpeño
también, es licenciado en Bellas Artes por la rama de Restauración y Pintura,
en la Universidad de Sevilla.
Juntos crean ARCADIA, empresa dedicada a la
realización de trabajos de talla, escultura, restauración, diseño de enseres,
etc. para particulares, Hermandades y Cofradías.
D. JOSÉ ANTONIO
GAVILÁN, siendo
alumno del CEMER, establece contacto con D. BERNARDO BARRERA
GARCÍA, que en ese momento ostentaba el cargo de Hermano Mayor de
nuestra Cofradía.
Rápidamente se crea un fuerte
vínculo entre artistas y Cofradía que hace que, con la ayuda incondicional del
CEMER, comiencen las tareas de remodelación del trono, sustituyendo y
enriqueciendo las tallas de los respiraderos y creando nuevas cartelas de arcilla cocida con escenas de la Pasión, para colocar en los
nuevos tondos realizados.
También se tallan nuevas cresterías para el trono.
Pero, ¿por qué crear una nueva talla en nuestro paso procesional?
En este post intentaremos responder a las preguntas que muchos paisanos y simpatizantes
cofrades de muchos rincones de España nos habéis hecho acerca de nuestra nueva
talla.
Cabe la pena destacar que en los pasos procesionales de nuestro
país nos encontramos frecuentemente con figuras de ángeles, dotando a los
tronos de un marcado carácter religioso y teológico a partir de estos seres
espirituales creados por Dios.
Sin embargo, pese a aparecer de manera constante
en las Sagradas Escrituras, los ángeles no tienen un especial protagonismo
durante la Pasión de Cristo, por lo que los ángeles que aparecen en los tronos
procesionales suelen tener una simple función de sostén de útiles cofrades, ya
sean ciriales o faroles (ángeles ceriferarios), incensarios (ángeles
turiferarios), lámparas (ángeles lampareros), o atributos propios de la Pasión
del Señor como la escalera, los clavos, la corona de espinas, la pértiga con la
esponja, el martillo, etc. (ángeles pasionistas).
Junto a estos, también se encuentran los ángeles querubines, que
son los angelitos desnudos, pequeños y graciosos que “revolotean” por distintas
zonas del paso procesional, a veces formando un pequeño grupito para sostener
el extremo de la estipe de la cruz. Podemos ver estos ángeles, por ejemplo, en
el trono de Ntro. Padre Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario
(Hermandad del Rocío de Malaga), en los pasos sevillanos de Ntro. Padre Jesús
de la Pasión (Hermandad de la Pasión) y de Ntro. Padre Jesús de la Salud
(Hermandad de Los Gitanos), o en el paso de Ntro. Padre Jesús Nazareno de
Pozoblanco (Córdoba).
Suelen tratarse pues, de
figuras de pequeño tamaño que rara vez obtienen un protagonismo marcado dentro
del paso procesional.
En nuestro trono, sin embargo, esta nueva talla sí resulta
importante dentro del pasaje en el que Ntro. Padre Jesús Nazareno de Encinas
Reales carga con su cruz camino del Calvario, puesto que por sus dimensiones y
posición, nuestro ángel no sostiene la cruz en actitud meramente contemplativa,
sino que sobre una base rocosa y con la pierna izquierda flexionada realmente
ayuda a portarla, agarrándola con su brazo izquierdo y descansándola sobre su
hombro, y ejerciendo así la función que dentro de la Pasión de Cristo siempre
había ocupado Simón de Cirene, quien siguiendo el “derecho de requisa”, fue
obligado por los soldados romanos a ayudar a Nuestro Padre.
Cabe destacar que nunca antes, hasta esta Estación de Penitencia del Viernes Santo, se había podido ver en Encinas Reales un paso procesional con dos figuras de cierta magnitud. Pero nuestro orgullo no queda ahí, puesto que con esta nueva talla y ya con D. ANTONIO CAMPOS GONZÁLEZ como Hermano Mayor, se ha conseguido cumplir además uno de los antiguos anhelos de nuestra Cofradía, sustituyendo el frío y sobrio cirineo tallado de madera sobre el que se apoyaba la cruz del Señor por un preciosa obra artística, en respeto y consonancia con la obra de arte que constituye la imagen de nuestro Titular.
Fueron varias las ideas valoradas y contempladas en ese momento.
En primer lugar, se propuso la realización de una imagen de
Simón de Cirene de tamaño natural, opción desechada para no quitar protagonismo
a la imagen Titular dentro del trono.
Posteriormente, se barajó la posibilidad de realizar un
grupo escultórico de pequeños ángeles querubines sosteniendo la cruz, que como
ya hemos visto anteriormente, es una solución ampliamente utilizada por muchas
Cofradías andaluzas.
Finalmente, nuestra Cofradía se decantó por una opción igual
de funcional y vistosa, y que proporcionaría además una seña distintiva y
singular a nuestro paso procesional.
Era el preámbulo de una maravillosa obra de arte en la
que nuestros tallistas no lo tenían nada fácil, puesto que la poca inclinación
de la cruz hacía necesario que la figura tuviera unas dimensiones mayores de lo
habitual, y por esa razón, debía tratarse de un ángel con un rostro menos
aniñado, por lo que se optó por simbolizar un ángel cirineo mancebo o
adolescente.
Teniendo
ya el proyecto claro y a partir de un modelo del natural (concretamente una
mujer joven adoptando la posición apropiada y escogida previamente), se modeló
una pieza en arcilla, anatómicamente proporcionada a la mitad de la figura
final, para su posterior traspaso al material noble definitivo, la madera de
cedro.
El
proceso de talla es arduo, teniendo en cuenta que la figura debe tener el mayor
realismo posible. Para compensar la tendencia ascendente del madero hasta el
hombro de nuestro Titular, la figura presenta una postura semiarrodillada sobre
un cúmulo de rocas que sobresale del manto de claveles del trono, mientras que
la otra pierna queda al aire acompañando al escorzo del cuerpo.
El
brazo izquierdo es desmontable para poder acoplar y abrazar la cruz. El brazo
derecho acompaña al movimiento de la figura y también intenta atraer, junto a
la faz del mancebo, la mirada del espectador.
Los
autores interpretan la figura con el rostro desarbolado por el dolor que está
sufriendo nuestro Nazareno, de espaldas a él para no ver su cara ensangrentada
y su cuerpo dolorido, y con los ojos tristes fijos en el suelo, como si
quisiera borrar cada uno de los pasos de nuestro Titular hasta su muerte.
Las
dos colosales alas polícromas, fundamentales en la figura, muestran asimetría
(aspecto completamente novedoso) y junto con los agitados cabellos de nuestro
ángel y a los angulosos pliegues de la túnica, otorgan a la nueva composición
del paso procesional un marcado y voluminoso carácter de movimiento.
Una vez finalizada la talla, quedó
preparada para la etapa de acabado, consistente en estucado a base de yeso,
embolado con arcilla fina de las partes a dorar, dorado con oro fino, y el fundamental proceso de policromado a base de óleos, estofado y aplicación de
protección. Por último y para incrementar aún más si cabe el realismo de la
imagen, una artesana del cuero, DÑA. AMPARO CARMONA, fabricó con diseño propio
unos manguitos de cuero repujado que se colocaron en ambas muñecas.
El resultado, como ya habréis podido comprobar, es una figura de dimensiones finales de aproximadamente un metro de altura, que viene a enriquecer las posibles variantes iconográficas de nuestro Nazareno camino del Calvario a través de un relato cargado de realismo artístico.
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Encinas Reales no puede sentirse más orgullosa de haber podido estrenar esta nueva talla el año del 250 aniversario de su erección canónica, en la Estación de Penitencia del 30 de Marzo de 2018, emoción que se verá multiplicada al ver nuestro paso procesional por las calles de nuestro pueblo en la Procesión Extraordinaria que tendrá lugar el próximo 15 de Septiembre.
Trabajo duro y costoso, pero sin duda, un
motivo más para que todos los encinarrealeños podamos estar más que orgullosos
de la riqueza patrimonial de la que, gracias a todas y cada una de las
Cofradías y Hermandades de Encinas Reales, goza la Semana Santa nuestro pueblo.