LUCENA Y LA LEYENDA DE LA TUMBA DE NOE

 
¿Quién no conoce la figura bíblica de Noé?

Se trata del hombre a quien Dios encargó la construcción de un arca que pudiera sobrevivir al gran diluvio universal que destruyó a todos los seres por sus pecados.

Dice el Génesis (versículos 8, 1-5): “Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron. Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos. Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de 150 días las aguas habían menguado. El día 17 del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat, y las aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se hicieron visibles las cumbres de las montañas.”.

“Diluvio Universal”. Miguel Ángel. Capilla Sixtina.

Pues bien, ¿qué pensaríais si os dijéramos que existe una leyenda que identifica el monte Ararat de la Biblia con la Sierra de Aras, situada a seis kilómetros del núcleo poblacional de nuestra vecina Lucena y donde se encuentra el imponente santuario de la Virgen de Araceli?

Sierra de Aras (Lucena)

Santuario Virgen de Araceli (Lucena)

Muchos blogs y artículos de historiadores hablan de esta leyenda de la que nos queremos hacer eco.

Y es que, aunque también existe la creencia de que el lugar donde se posó el arca de Noé tras el diluvio se ubica en un volcán entre Turquía y Armenia, algunos investigadores como Carlos Chevallier (asesor de prensa de la embajada de Japón en España) plantean la hipótesis de que se encuentre en esta sierra cordobesa.

Por un lado, es innegable el parecido entre las denominaciones “Aras” y “Ararat”. Y por otro, la antigüedad de la sierra lucentina está más que contrastada, ya que en su ladera se halla la Cueva del Ángel, un santuario paleolítico con una antigüedad superior a cuatrocientos mil años, y el único datado en España como residencia permanente de homínidos durante más de tres mil siglos.


Cueva del Ángel (Lucena)

Además, se sabe que este santuario situado en el centro de Andalucía y desde donde se divisan más de treinta pueblos de cinco provincias distintas (Córdoba, Sevilla, Granada, Jaén y Málaga), ya fue considerado por los judíos como el altar que Noé construyó para dar gracias a Dios por el fin de la lluvia.

Y, por si fuera poco, a escasos 15 kilómetros de Lucena encontramos el yacimiento de La Morana, de la Edad del Bronce, habitado hasta época ibérico-tartésica y donde aún se conserva la cripta cilíndrica que los antiguos hebreos calificaron como la auténtica tumba de Noé.

Yacimiento de las Laderas de Morana (Lucena)


Pero aún hay más, ¿conocéis la Iglesia de Santiago de Lucena?
Se trata de uno de los templos más antiguos de la zona, construida en el s. XVI sobre una antigua sinagoga judía.

En esta iglesia (además de las imágenes de Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Soledad, entre otras), existe una columna que es distinta al resto y sobre la que se fundamenta aún más la leyenda, puesto que en su capitel hay esculpida una hoja de parra que según cuentan, señala la entrada de un túnel secreto.

Iglesia de Santiago (Lucena)

Este túnel conectaría entre sí las antiguas sinagogas de la ciudad, y nos llevaría hasta una misteriosa cámara donde se encontraría la tumba de Noé. Y es que, según el Génesis, una vez finalizado el diluvio, Noé sembró una vid en el monte Ararat para alimentar a los pocos supervivientes.

¿Tendrá relación esa vid con la hoja de parra de la columna de la Iglesia de Santiago?

Por otra parte, se conoce que cuando en 1148 los almohades conquistaron la ciudad de Lucena, su pérdida fue considerada por los judíos como una tremenda tragedia (no en vano se la conocía como “la Perla de Sefarad”).

¿Es posible que tanto dolor se debiera a la pérdida del lugar donde se ubicaba la tumba de Noé?

Sea realidad o sean meras especulaciones, nos encanta conocer y transmitiros estas leyendas. ¡No hay mayor riqueza que conocer la historia del suelo en el que pisamos! 

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