SAN COSME Y SAN DAMIÁN, EL MILAGRO DEL PRIMER TRANSPLANTE

 

Después de compartir la historia de San Simeón “el estilita”, muchos de vosotros nos habéis preguntado si existen más curiosidades relativas a las vidas de nuestros santos.

Lo cierto es que, sea con datos contrastados históricamente o con simples leyendas, ¡nuestra cultura está llena de estas curiosidades!

Por eso, hoy os compartimos la historia de San Cosme y San Damián, dos hermanos gemelos que ejercieron la medicina y que acabaron siendo santos y mártires, además de ser considerados también patronos de los médicos y los cirujanos.



Cosme y Damián nacieron en el siglo III d. C., probablemente en algún lugar de Cilicia, y pronto se trasladaron a vivir a Ayas, un puerto en la provincia romana de Siria.

Los dos hermanos estudiaron Medicina y tuvieron un gran reconocimiento popular. No aceptaban pago alguno por sus servicios (por eso se les apodaba “anàrgiri”, palabra griega que significa “sin dinero”), y además de atender las enfermedades del cuerpo se preocupaban por las del alma de sus pacientes, devolviendo la fe, la esperanza y la alegría a los enfermos.

Esta sanación de cuerpo y alma a través del ejemplo y de la palabra consiguió que muchos paganos se convirtieran al cristianismo, hecho que provocó que los dos gemelos y sus tres hermanos pequeños fueran capturados, torturados, condenados, crucificados, quemados, apedreados, y asaeteados durante el mandato de Diocleciano, último de los diez emperadores romanos que persiguieron a los cristianos.

Sin embargo, según cuenta la tradición, sobrevivieron a todas las torturas por intervención divina, hasta que finalmente fueron decapitados a espada y sepultados en Ciro (Siria) hacia el año 300 d.C.

Es en este lugar donde sus reliquias fueron veneradas y en donde se levantó una primera basílica. Ya en el siglo VI su culto pasó a Roma, donde el Papa Félix mandó levantar un templo en el Foro Romano y, debido a su tradición milagrosa, fueron nombrados santos patronos de los médicos y los cirujanos.

Entre las reliquias que se conservan en torno a estos santos está la espada con la que fueron decapitados, que fue un regalo al rey Otón III hacia el año 914, y que hoy se encuentra en la catedral de Essen (Alemania), siendo tan importante para la ciudad que ha acabado formando parte de su escudo. Además, su valor espiritual es tan grande que este símbolo no fue modificado durante la Reforma de Lutero.

Pero, ¿qué milagro se les atribuye a estos hermanos para llegar a ser santos? ¿Y por qué razón son considerados patronos de médicos y cirujanos? Os lo descubrimos a continuación.

Según cuenta la “Leyenda áurea de la vida de los Santos”, escrita en el siglo XIII por el dominico Santiago de la Vorágine (Jacopo da Varazze), en la basílica construida por el Papa Félix en honor a San Cosme y San Damián tuvo lugar un maravilloso milagro.

En dicha basílica se encontraba un sacristán llamado Justiniano, que se hallaba al borde de la muerte debido a una grave isquemia (probablemente causada por un tumor o infección) que gangrenaba de forma lenta y dolorosa una de sus piernas. El sacristán, viendo cerca su final, rezó a los santos implorando su curación.

Durante esa noche, Justiniano tuvo un sueño en el que Cosme y Damián se le aparecían al lado de su cama, portando instrumental quirúrgico (cuchillos, ungüentos) y vistiendo una túnica y una capa. Con mucha decisión y sin perder tiempo, amputaron la pierna enferma al sacristán y Cosme preguntó a su hermano “¿Qué hacemos ahora?”. Damián le respondió: “En el día de hoy ha muerto un hombre etíope y ha sido enterrado en un cementerio cercano. Podemos usar una de sus piernas pues ya no la necesita”. Así lo hicieron, cortaron la pierna del difunto y la unieron al sacristán utilizando uno de sus ungüentos.

Al despertar, Justiniano sintió que había recobrado fuerza y salud. ¡Estaba completamente sano!

Recordó el sueño y al mirar, vio que su pierna estaba sana y sin rastro alguno de la enfermedad, aunque lo más sorprendente es que dicha pierna pertenecía a alguien de raza negra. Justiniano acudió de manera urgente al cementerio, donde con la ayuda de varias personas abrieron la tumba y hallaron el cuerpo de un hombre negro sin una pierna, y a su lado la pierna enferma del sacristán. Fueron así testigos de un milagro que se atribuyó a los hermanos Cosme y Damián, y a su vez, del considerado por muchos primer trasplante de órganos entre seres humanos.

“Santos Cosme y Damián” Pedro Berruguete. (s.XV)


“Retablo de Sant Nin i Sant Non”. Jaume Huguet. (1415-1492)

Esta historia se ha visto varias veces repetida en distintos documentos, aunque incluyendo sensibles modificaciones en la fecha, el lugar e incluso en los participantes. En algunos casos, el donante no es etíope sino musulmán, e incluso en otras ocasiones aparece tumbado en el suelo al lado de la cama del enfermo aún con vida, donando su pierna en una actitud no muy voluntaria...

Son muchos los artistas que han decidido inmortalizar esta leyenda, dándole credibilidad pese a que científicamente, los primeros intentos de trasplante se remontan al siglo XIX y el primer éxito (un trasplante renal) fue logrado en 1936 por un doctor ruso llamado Varony. 

A modo de anécdota, os mencionamos que no hace muchos años un grupo de estudiantes estadounidenses se encontraba visitando el Museo del Prado de Madrid. Cuando el guía del museo les presentó la obra de Fernando del Rincón “El milagro de los Santos Cosme y Damián”, les narró la historia del sacristán enfermo y del etíope a cuyo cadáver se le extrajo una pierna.

 

“Milagros de los santos médicos Cosme y Damián”. Fernando del Rincón. (1517)

En este cuadro, como podéis comprobar, se ve claramente la figura de una persona de color al borde de la cama de Justiniano. Al ver el contenido completo de la obra y al no entender claramente la leyenda (pensando que se trataba más de un acto racista que de un grandioso milagro), una estudiante afroamericana la emprendió a golpes con su paraguas, dañando ligeramente el marco del cuadro aunque afortunadamente sin dañar la pintura.

Una vez más, nos encontramos en una mezcla de tradición, mística y datos históricos. Cada cual debe sacar sus propias conclusiones, pero desde luego, nos encanta transmitir estas historias y que nos contéis qué pensáis de ellas.

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